Las oficinas de Tránsito de Envigado están matriculando
diariamente entre 80 y 100 vehículos. Si a éstos, sumamos los 20.000 vehículos
anuales que entran al tráfico de Medellín, ¿de cuál solución de transporte y
mejoramiento del aire estamos hablando? Se está incentivando el uso de
vehículos particulares que contaminan y de articulados a gas, también
contaminantes. A más carros más material particulado, más enfermedades
respiratorias y más cánceres de pulmón. La densidad vehicular se convirtió en
un problema de salud pública (promedio alto de muertos y heridos); rellenando
con cemento los terrenos de los árboles para conseguir mayor flujo de autos
traerá más asma y alergias por polución en los niños. Un circulo vicioso.
Un grupo de jóvenes monta guardia alrededor de los urapanes, los
chiminangos y las palmas de yuca del Túnel Verde. Están dispuestos a amarrarse
con cadenas para salvarlos. Han instalado carpas en la orilla de la Ayurá, esa
quebrada que inspiró al maestro Fernando González; han recogido más de 15.000
firmas contra la tala, han aglutinado a miles de indignados con la obra en las
redes sociales, de mañana a noche sensibilizan a conductores y peatones sobre
el crimen ecológico disfrazado de progreso.
Se debe concertar el transporte público con quienes serán sus
usuarios, a través de acciones sistémicas que respeten todos los actores
contribuyentes de la calidad de vida. El progreso no debe depender de intereses
particulares; según el contratista, el Metroplús, como está diseñado es
progreso; para la señora rica que tiene dos carros con placas distintas, rico
que abran más carriles sin importar los nidos de aves y los paraguas naturales;
para los comerciantes de autos, viento en popa el negocio… ¡progreso!;
para las arcas del tránsito, más foto multas, ¡progreso! Metroplús no
desincentiva el uso de los carros, tampoco se preocupa por los peatones y los
ciclistas en el tramo 2B.
¿Quiénes ganan con esta obra? Los contratistas, los
lobistas, los vendedores de insumos, los importadores de carros, los
accionistas de Metroplús, los fabricantes de articulados (Perú), los
urbanizadores.
¿Quiénes pierden con esta obra? Los ciudadanos de a pie, los
comerciantes que verán declinar su actividad económica por el trazado de Metroplús, los residentes de la 43 A y alrededores, las ardillas, los pájaros,
los insectos, el aire, el gremio de los conductores de buses, el equilibrio
ambiental, la identidad de los envigadeños...
Cualquier solución que violente los derechos civiles va contra la armonía,
contra la igualdad de oportunidades, contra el respeto mutuo, la convivencia y
la paz. Cualquier solución que agreda a la naturaleza que tanto nos da, la
vamos a lamentar.
Encontremos el punto de cruce entre la razón y el corazón.
Faber Cuervo.
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